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El Jet Set a tres días de la tragedia: un centro de diversión que ahora reúne velas y flores en honor a las víctimas.


El Jet tres días después de la tragedia


 Foto/Alexis Monegro

El Jet Set fue durante años un lugar icónico de música y baile en República Dominicana. Reconocido por sus populares “Lunes de Merengue”, era un espacio donde artistas de renombre hacían vibrar al público con música en vivo y energía festiva.

Pero la madrugada del martes 8 de abril, todo cambió: el techo del establecimiento colapsó mientras se presentaba el merenguero Rubby Pérez —quien figura entre las víctimas mortales—, dejando 221 fallecidos bajo los escombros, según el último informe del Centro de Operaciones de Emergencias (COE).Este viernes, a tres días de la tragedia, un equipo del periódico Hoy visitó la zona cero. Donde antes se reunían aplausos y pasos de baile, hoy hay velones, flores, fotografías y mensajes para honrar a las víctimas.

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El Jet Set tres días después de la tragedia. Foto/Alexander Monegro

El ambiente es sombrío, bajo un cielo gris que dejó caer algunas lloviznas, como si el mismo clima reflejara el dolor de una nación enlutada.

“Venía mucha gente, nuestra calle siempre estaba llena de vehículos”, recuerda Juana Peguero, residente del área. Asegura que asistía cada vez que Rubby Pérez se presentaba. “Era un ambiente muy alegre… pero ahora nada será igual”.El dolor también ha traspasado los límites de la comunidad. Carmen Mazara, quien viajó desde San Pedro de Macorís, no conocía personalmente a las víctimas, pero asegura que comparte el duelo colectivo.

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“Desde el momento en que nos enteramos, como iglesia estamos orando y clamando a Dios”, expresó conmovida. “Me he sentido muy mal y he llorado mucho; la Biblia dice que debemos llorar con los que lloran y reír con los que ríen”.

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El Jet Set tres días después de la tragedia. Foto/Alexander Monegro

Para Máximo López, otro vecino de la zona, lo ocurrido representa “una pérdida para todo el país”. Considera que hubo falta de prevención y pide que se haga justicia: “Nadie iba a pagar para morir ahí. Espero que aparezcan los culpables, y que ese lugar sea convertido en un museo”.

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Máximo López. Foto/Alexis Monegro

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