Rumbo al 2026: Un llamado a la acción y la reflexión política"
Por el Lic. Iomar de Jesús Batista López
El año 2026 no está tan lejano como podríamos percibirlo. Para quienes tienen una visión estratégica y un profundo compromiso con el futuro de nuestra nación, es evidente que los días se acortan, y la responsabilidad nos llama. En este año decisivo, el Partido Revolucionario Moderno (PRM) enfrentará un momento histórico: las elecciones internas para definir al próximo candidato a la presidencia de la República Dominicana, así como las dirigencias nacionales, provinciales y municipales. Es un camino de mucho esfuerzo y sabiduría, donde la planificación, la ética y la meritocracia deben ser nuestras guías.
Como jóvenes comprometidos y coordinadores de cambio, no podemos permitirnos el lujo de dormirnos en los laureles. Las elecciones internas son más que un simple trámite; son la base sobre la cual construiremos no solo el éxito electoral del 2028, sino también la consolidación de un liderazgo sólido, ético y representativo. Es momento de actuar con cautela, pero con determinación, asegurándonos de que cada paso que demos esté alineado con los principios que han definido al PRM: progreso, justicia y servicio a la nación.
Desde la perspectiva educativa, como Técnico regional docente y joven líder, me permito subrayar que las decisiones que tomemos ahora impactarán profundamente en nuestra juventud, en nuestra cultura y, sobre todo, en nuestra educación. La formación no se limita al aula; empieza en el hogar y se extiende a cada espacio donde los valores se enseñan y se practican. Es nuestro deber garantizar que quienes ocupen posiciones estratégicas dentro de nuestro partido y nuestras instituciones sean personas con una visión clara de estas prioridades.
Es vital que la selección de nuestros líderes se base en méritos y no en amiguismos. En este sentido, la meritocracia debe ser el faro que ilumine nuestras decisiones. Necesitamos líderes que representen a las masas, que comprendan sus necesidades y que estén dispuestos a servir con dedicación y compromiso. Es en este punto donde debemos ser cautelosos: el poder no debe ser el objetivo, sino el medio para transformar y fortalecer a nuestra nación.
La juventud dominicana, organizada en movimientos como **Jóvenes Unidos por el Cambio**, juega un papel crucial en este proceso. Somos muchos en la provincia de Barahona y en el país, y nuestra responsabilidad es clara: aportar, coordinar y seguir trabajando para garantizar la continuidad de un liderazgo que beneficie a nuestra sociedad en su conjunto. Es nuestra misión animar a las nuevas generaciones a tomar decisiones éticas, a participar activamente y a ser parte del cambio que queremos ver en el país.
En esta etapa, el apoyo a la gestión del presidente Luis Abinader es fundamental. Sus años restantes al frente de la nación deben ser fructíferos, y para lograrlo, necesitamos colaborar activamente con él, fortaleciendo sus políticas y proyectos. Sin embargo, al mismo tiempo, debemos comenzar a visualizar, analizar y ejecutar acciones estratégicas para el próximo liderazgo. Este doble enfoque, que combina el presente con la preparación para el futuro, es esencial para garantizar el éxito continuo del PRM.
A quienes tienen el privilegio de dirigir instituciones gubernamentales y ministerios, les exhorto a asumir el liderazgo con responsabilidad y visión. No podemos permitir que la política se convierta en un espacio de favoritismos o conveniencias personales; debe ser una plataforma para el servicio y la transformación social. Cada decisión debe estar fundamentada en un análisis profundo de las necesidades de nuestra gente y en un compromiso con su bienestar.
La invitación final es clara: reflexionemos, planifiquemos y actuemos. El 2026 está más cerca de lo que parece, y los días que nos quedan son pocos para afianzar nuestras estrategias y fortalecer nuestras funciones. Estoy, como siempre, a disposición de mi partido, del PRM y de mi provincia, para seguir sirviendo y aportando desde mi posición como líder y coordinador.
Hagamos de este camino uno de sabiduría, esfuerzo y éxito colectivo. Solo así podremos asegurar que la República Dominicana siga avanzando hacia un futuro de esperanza y prosperidad, con el PRM al frente de este gran proyecto nacional.
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