El maíz cuesta a República Dominicana el doble de su valor antes del covid-19.
El alza del cereal, materia prima de otros alimentos, alerta sobre su importancia y la baja producción local
Aunque muchas personas lo ignoren, el precio de los productos cárnicos en República Dominicana depende del costo del maíz, un insumo indispensable para la producción avícola y pecuaria. Su disponibilidad depende casi por completo de los volúmenes que se importen, dejando al mercado local sensible a la variación de precios de esta materia prima en el exterior.
Desde que la pandemia del covid-19 impuso trabas a las cadenas de suministro globales, el maíz ha disparado sus precios. El monitoreo de commodities que realiza el Banco Mundial apunta a que, en mayo de este año, la tonelada de maíz promedió los US$345, el precio más alto desde que en 2021 superara los US$300 y mucho más elevado que los US$170 que costaba en 2019, lo que significa un aumento relativo de un 102.9% en este período, es decir, el doble del costo.
El conflicto geopolítico desatado entre dos de los productores líderes de este producto, Rusia y Ucrania, complica aún más el panorama. Estos efectos en el incremento ya son visibles en el mercado local: La compra de maíz realizada durante el primer cuatrimestre de este año alcanzó el valor FOB de US$334.4 millones, es decir, un 133% más que el promedio de US$250 millones que el país destinó en promedio para importar este cereal desde el 2012 Esta tendencia alcista se mantiene desde el año pasado, cuando en 2021 el costo del maíz superó en un 150% el promedio de la última década. El volumen importado se disparó así a US$377.2 millones, US$146 millones más que en 2020–cuando totalizó US$230.7 millones– y US$89 millones más que en 2012, la última vez que el país destinó más divisas para su compra, con US$288.1 millones.
Más importaciones
En la última década, República Dominicana ha importado al menos 11 veces la cantidad de maíz que producen sus tierras, una tendencia que ha sabido crecer hasta 13 veces en los últimos cinco años. El promedio de maíz importado ronda las 1,368,445 toneladas y, aunque la producción local también ha crecido durante este lustro, sigue siendo a pasos lentos, con un promedio de 97,683 toneladas. El año en que más se cosechó fue en 2021, al alcanzar las 120,647 toneladas.
Como el 60% del maíz que se importa es para mantener la producción de la carne de pollo, una de las estrategias del Gobierno para abaratar los costos a los avicultores es otorgar un subsidio de aproximadamente US$700 millones durante tres meses. Esto equivale a una ayuda de US$27 por cada tonelada importada.
Esto mantiene el optimismo entre los avicultores, pero ¿qué se ha hecho para incrementar la siembra de maíz? El productor Francisco Bautista Báez señaló que en San Juan–la principal provincia donde se cultiva este cereal–, las autoridades han facilitado la preparación del corte y cruce de tractor de las tierras cultivables para maíz de manera gratuita. Además, han abaratado la compra de semillas criollas “de RD$1,800 a RD$800” el quintal.
Sin embargo, estas iniciativas resultan insuficientes ante la sequía, el principal problema que afecta los cultivos agrícolas en general, como lo señala el productor Tito Florentino.
“Desde los tiempos de Leonel, hemos pedido la construcción de embalses (para almacenar agua), pero aún nada”. Sostuvo que, ha perdido 250 tareas de maíz, lo que diezmó este año el promedio de 1,000 quintales que produce. “El factor más criminal es la falta de agua”, señaló.
Mecanización
El presidente de la Confederación Nacional de Productores Agropecuarios (Confenagro), Wilfredo Cabrera, sostuvo que uno de los factores que limita la producción local de maíz es la falta de más superficies dedicadas a este rubro, así como la mecanización de la mano de obra, para hacer este rubro más competitivo.
Explicó que el sistema de minifundios “ya no es económicamente viable” por sus altos costos. Apuntó que, como el Estado subsidia su importación se necesitan de más iniciativas para incentivar la venta del maíz criollo
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